Es curioso como algunos repiten esta frase con gusto, como si pudiéramos justificar las cosas que hacemos con lo que todos los demás hacen; ignorando la necesidad que sentimos adentro de nosotros, en el corazón, de ser mejores de alguna forma, más sanos, más justos, sinceros. Desde "el que no tranza no avanza" a "ojos que no ven corazón que no siente" hay muchos ejemplos claros de que nos conformarnos con hacer mal la cosas, vemos que cada día que pasa vamos muriendo por dentro y por fuera pero nada hacemos ni reaccionamos, vivimos en un trance.
La Divina Comedia, se alza como una de las obras que más han influido en la humanidad. En ella, Dante Alighieri invita a sus semejantes a pensar en las consecuencias de nuestros actos, porque no se puede jugar a no estar haciendo lo que se hace. Cada hombre tiene su propio Infierno, Dante, retrata el suyo exponiendo los excesos del hombre y la traición a su alta vocación, como hijos del Dios Verdadero. No son los pecados cosas que ofendan a Dios sino al Amor que siente por cada ser pues todos estos males hieren y matan.
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